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La otra cara de la moneda: ¿será la industria de Private Equity la gran beneficiada de la crisis actual?

Organizaciones frente a la pandemia de la ansiedad y el estrés

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"La crisis del Covid-19, dejando de lado el reto de gestionar el portafolio durante la coyuntura, podría finalmente como gran beneficiaria la industria de Private Equity".

"Aunque inesperada y devastadora para le economía mundial, la crisis del Covid-19, dejando de lado el reto de gestionar el portafolio durante la coyuntura, podría al final tener como gran beneficiaria la industria de Private Equity".

"Aunque inesperada y devastadora para le economía mundial, la crisis del Covid-19, dejando de lado el reto de gestionar el portafolio durante la coyuntura, podría al final tener como gran beneficiaria la industria de Private Equity".

"Aunque inesperada y devastadora para le economía mundial, la crisis del Covid-19, dejando de lado el reto de gestionar el portafolio durante la coyuntura, podría al final tener como gran beneficiaria la industria de Private Equity".

"Aunque inesperada y devastadora para le economía mundial, la crisis del Covid-19, dejando de lado el reto de gestionar el portafolio durante la coyuntura, podría al final tener como gran beneficiaria la industria de Private Equity".

Noticia.Foto.Principal.PE

Columna de opinión publicada originalmente en Forbes Colombia
30 de julio de 2020

Columna de opinión publicada originalmente en Forbes Colombia
30 de julio de 2020

Autor_JP.Montoya_blancoynegro

Juan Pablo Montoya
Consultor Virtus Partners

Juan Pablo Montoya
Consultor Partners

Administración - Universidad de los Andes, Colombia
Fintech Program - Saïd Business School, University of Oxford

Administración - Universidad de los Andes, Colombia
Fintech Program - Saïd Business School, University of Oxford

A inicios del 2020, las firmas de Private Equity (PE) tenían más de USD 2.5T de capital disponible para ser invertido. Nunca antes en la historia, la industria de PE había tenido tanto dinero, representando ~400% de crecimiento con respecto al capital disponible 15 años atrás.

Aunque la cifra es sorprendente no es fortuita, pues a 2019 las firmas de PE durante los últimos 25 años habían premiado a sus inversionistas con 4% más de retorno anual promedio en comparación a los mercados públicos (13% PE Vs. 9% S&P 500). El buen desempeño de la industria atrajo mayores recursos de inversionistas institucionales, Family Offices y UHNWI (Ultra High Net Worth Individuals), ganándole cada vez más espacio en el portafolio a alternativas como los Hedge Funds e inversiones en renta variable.

A pesar de la gran cantidad de dinero disponible, al inicio de este año el panorama para la industria de PE no era nada fácil, pues se enfrentaban al reto de replicar los grandes retornos logrados en los últimos años a pesar de que la cantidad de capital en el mercado había incrementado los precios y múltiplos para la adquisición de compañías.

En búsqueda de mantener los buenos retornos en la industria y sedientos de oportunidades diferenciadoras, firmas como Blackstone han desarrollado iniciativas llamadas Tac Opps y Growth Equity en industrias con mayor requerimiento de expertise técnico, pero a su vez mayores perspectivas de crecimiento. A su vez, otros gestores de capital han optado por buscar nuevas oportunidades en mercados emergentes y con menor saturación de capital en comparación a US y EU.

Aunque inesperada y devastadora para la economía mundial, la crisis del Covid-19, dejando de lado el reto de gestionar el portafolio durante la coyuntura, podría al final tener como gran beneficiaria la industria de PE. En los próximos 5-7 años las firmas podrían beneficiarse de generar mayores retornos fruto de invertir en la actualidad su dinero a menores múltiplos y por ende, valuaciones más bajas.

Adicional a las menores valuaciones, las firmas de PE también podrían salir ganadoras en el entorno competitivo actual, debido a que tienen los recursos y el capital para pivotear los modelos de negocio, desplegar nuevas soluciones de base tecnológica, acelerar la transición al mundo digital y traer equipo directivo capaz de afrontar el contexto. Aunque es una apuesta a mediano plazo, aquellas compañías del portafolio podrían realizar este tipo de hazañas con mayor facilidad que sus competidores.

La historia ha demostrado que los fondos invertidos durante la crisis financiera del 2007-09 han retornado en promedio 18% anual, sin embargo, es difícil esperar retornos similares en los próximos años, ya que los expertos concuerdan en que las tasas de interés no alcanzarán los bajos niveles logrados en los años posteriores al 2007. Así pues, el panorama para LBO´s (Leveraged Buyouts) no sería tampoco igual de promisorio ni atractivo en comparación a lo que lo fue después de la última recesión.

También, se espera que la pandemia que vivimos cree una nueva normalidad en nuestras vidas y en ese sentido, oportunidades en turismo, propiedad raíz (residencial y comercial) e infraestructura se verán fuertemente afectadas, debido a la gran adopción del trabajo remoto y nuevos patrones del consumidor.

Antes de cantar victoria, la industria de PE se verá enfrentada en el corto plazo al reto de rescatar las compañías en riesgo de su portafolio, proveer liquidez y tener la capacidad de realizar due-dilligences de manera 100% remota y digital. En el mediano y largo plazo, los líderes y gestores deberán de concentrarse en pivotear los modelos de negocio de acuerdo al nuevo normal, acelerar la transformación digital de las compañías del portafolio, preparar su gobierno corporativo para tiempos inciertos y turbulentos y, por último, pero no menos relevante, priorizar oportunidades de base tecnológica e industrias con alto nivel de sofisticación, pero perspectivas de alto crecimiento (growth equity).

Vienen tiempos interesantes y retadores para la industria, donde en los próximos años miraremos atrás y podremos evaluar no solamente si fue la gran ganadora de la coyuntura actual, sino también, su capacidad de generar retornos mayores al mercado de manera sostenida. La gran mayoría de industrias vive tiempos complejos y retadores, y en este caso, la industria de PE no es la excepción.

A inicios del 2020, las firmas de Private Equity (PE) tenían más de USD 2.5T de capital disponible para ser invertido. Nunca antes en la historia, la industria de PE había tenido tanto dinero, representando ~400% de crecimiento con respecto al capital disponible 15 años atrás.

Aunque la cifra es sorprendente no es fortuita, pues a 2019 las firmas de PE durante los últimos 25 años habían premiado a sus inversionistas con 4% más de retorno anual promedio en comparación a los mercados públicos (13% PE Vs. 9% S&P 500). El buen desempeño de la industria atrajo mayores recursos de inversionistas institucionales, Family Offices y UHNWI (Ultra High Net Worth Individuals), ganándole cada vez más espacio en el portafolio a alternativas como los Hedge Funds e inversiones en renta variable.

A pesar de la gran cantidad de dinero disponible, al inicio de este año el panorama para la industria de PE no era nada fácil, pues se enfrentaban al reto de replicar los grandes retornos logrados en los últimos años a pesar de que la cantidad de capital en el mercado había incrementado los precios y múltiplos para la adquisición de compañías.

En búsqueda de mantener los buenos retornos en la industria y sedientos de oportunidades diferenciadoras, firmas como Blackstone han desarrollado iniciativas llamadas Tac Opps y Growth Equity en industrias con mayor requerimiento de expertise técnico, pero a su vez mayores perspectivas de crecimiento. A su vez, otros gestores de capital han optado por buscar nuevas oportunidades en mercados emergentes y con menor saturación de capital en comparación a US y EU.

Aunque inesperada y devastadora para la economía mundial, la crisis del Covid-19, dejando de lado el reto de gestionar el portafolio durante la coyuntura, podría al final tener como gran beneficiaria la industria de PE. En los próximos 5-7 años las firmas podrían beneficiarse de generar mayores retornos fruto de invertir en la actualidad su dinero a menores múltiplos y por ende, valuaciones más bajas.

Adicional a las menores valuaciones, las firmas de PE también podrían salir ganadoras en el entorno competitivo actual, debido a que tienen los recursos y el capital para pivotear los modelos de negocio, desplegar nuevas soluciones de base tecnológica, acelerar la transición al mundo digital y traer equipo directivo capaz de afrontar el contexto. Aunque es una apuesta a mediano plazo, aquellas compañías del portafolio podrían realizar este tipo de hazañas con mayor facilidad que sus competidores.

La historia ha demostrado que los fondos invertidos durante la crisis financiera del 2007-09 han retornado en promedio 18% anual, sin embargo, es difícil esperar retornos similares en los próximos años, ya que los expertos concuerdan en que las tasas de interés no alcanzarán los bajos niveles logrados en los años posteriores al 2007. Así pues, el panorama para LBO´s (Leveraged Buyouts) no sería tampoco igual de promisorio ni atractivo en comparación a lo que lo fue después de la última recesión.

También, se espera que la pandemia que vivimos cree una nueva normalidad en nuestras vidas y en ese sentido, oportunidades en turismo, propiedad raíz (residencial y comercial) e infraestructura se verán fuertemente afectadas, debido a la gran adopción del trabajo remoto y nuevos patrones del consumidor.

Antes de cantar victoria, la industria de PE se verá enfrentada en el corto plazo al reto de rescatar las compañías en riesgo de su portafolio, proveer liquidez y tener la capacidad de realizar due-dilligences de manera 100% remota y digital. En el mediano y largo plazo, los líderes y gestores deberán de concentrarse en pivotear los modelos de negocio de acuerdo al nuevo normal, acelerar la transformación digital de las compañías del portafolio, preparar su gobierno corporativo para tiempos inciertos y turbulentos y, por último, pero no menos relevante, priorizar oportunidades de base tecnológica e industrias con alto nivel de sofisticación, pero perspectivas de alto crecimiento (growth equity).

Vienen tiempos interesantes y retadores para la industria, donde en los próximos años miraremos atrás y podremos evaluar no solamente si fue la gran ganadora de la coyuntura actual, sino también, su capacidad de generar retornos mayores al mercado de manera sostenida. La gran mayoría de industrias vive tiempos complejos y retadores, y en este caso, la industria de PE no es la excepción.

A inicios del 2020, las firmas de Private Equity (PE) tenían más de USD 2.5T de capital disponible para ser invertido. Nunca antes en la historia, la industria de PE había tenido tanto dinero, representando ~400% de crecimiento con respecto al capital disponible 15 años atrás.

Aunque la cifra es sorprendente no es fortuita, pues a 2019 las firmas de PE durante los últimos 25 años habían premiado a sus inversionistas con 4% más de retorno anual promedio en comparación a los mercados públicos (13% PE Vs. 9% S&P 500). El buen desempeño de la industria atrajo mayores recursos de inversionistas institucionales, Family Offices y UHNWI (Ultra High Net Worth Individuals), ganándole cada vez más espacio en el portafolio a alternativas como los Hedge Funds e inversiones en renta variable.

A pesar de la gran cantidad de dinero disponible, al inicio de este año el panorama para la industria de PE no era nada fácil, pues se enfrentaban al reto de replicar los grandes retornos logrados en los últimos años a pesar de que la cantidad de capital en el mercado había incrementado los precios y múltiplos para la adquisición de compañías.

En búsqueda de mantener los buenos retornos en la industria y sedientos de oportunidades diferenciadoras, firmas como Blackstone han desarrollado iniciativas llamadas Tac Opps y Growth Equity en industrias con mayor requerimiento de expertise técnico, pero a su vez mayores perspectivas de crecimiento. A su vez, otros gestores de capital han optado por buscar nuevas oportunidades en mercados emergentes y con menor saturación de capital en comparación a US y EU.

Aunque inesperada y devastadora para la economía mundial, la crisis del Covid-19, dejando de lado el reto de gestionar el portafolio durante la coyuntura, podría al final tener como gran beneficiaria la industria de PE. En los próximos 5-7 años las firmas podrían beneficiarse de generar mayores retornos fruto de invertir en la actualidad su dinero a menores múltiplos y por ende, valuaciones más bajas.

Adicional a las menores valuaciones, las firmas de PE también podrían salir ganadoras en el entorno competitivo actual, debido a que tienen los recursos y el capital para pivotear los modelos de negocio, desplegar nuevas soluciones de base tecnológica, acelerar la transición al mundo digital y traer equipo directivo capaz de afrontar el contexto. Aunque es una apuesta a mediano plazo, aquellas compañías del portafolio podrían realizar este tipo de hazañas con mayor facilidad que sus competidores.

La historia ha demostrado que los fondos invertidos durante la crisis financiera del 2007-09 han retornado en promedio 18% anual, sin embargo, es difícil esperar retornos similares en los próximos años, ya que los expertos concuerdan en que las tasas de interés no alcanzarán los bajos niveles logrados en los años posteriores al 2007. Así pues, el panorama para LBO´s (Leveraged Buyouts) no sería tampoco igual de promisorio ni atractivo en comparación a lo que lo fue después de la última recesión.

También, se espera que la pandemia que vivimos cree una nueva normalidad en nuestras vidas y en ese sentido, oportunidades en turismo, propiedad raíz (residencial y comercial) e infraestructura se verán fuertemente afectadas, debido a la gran adopción del trabajo remoto y nuevos patrones del consumidor.

Antes de cantar victoria, la industria de PE se verá enfrentada en el corto plazo al reto de rescatar las compañías en riesgo de su portafolio, proveer liquidez y tener la capacidad de realizar due-dilligences de manera 100% remota y digital. En el mediano y largo plazo, los líderes y gestores deberán de concentrarse en pivotear los modelos de negocio de acuerdo al nuevo normal, acelerar la transformación digital de las compañías del portafolio, preparar su gobierno corporativo para tiempos inciertos y turbulentos y, por último, pero no menos relevante, priorizar oportunidades de base tecnológica e industrias con alto nivel de sofisticación, pero perspectivas de alto crecimiento (growth equity).

Vienen tiempos interesantes y retadores para la industria, donde en los próximos años miraremos atrás y podremos evaluar no solamente si fue la gran ganadora de la coyuntura actual, sino también, su capacidad de generar retornos mayores al mercado de manera sostenida. La gran mayoría de industrias vive tiempos complejos y retadores, y en este caso, la industria de PE no es la excepción.

A inicios del 2020, las firmas de Private Equity (PE) tenían más de USD 2.5T de capital disponible para ser invertido. Nunca antes en la historia, la industria de PE había tenido tanto dinero, representando ~400% de crecimiento con respecto al capital disponible 15 años atrás.

Aunque la cifra es sorprendente no es fortuita, pues a 2019 las firmas de PE durante los últimos 25 años habían premiado a sus inversionistas con 4% más de retorno anual promedio en comparación a los mercados públicos (13% PE Vs. 9% S&P 500). El buen desempeño de la industria atrajo mayores recursos de inversionistas institucionales, Family Offices y UHNWI (Ultra High Net Worth Individuals), ganándole cada vez más espacio en el portafolio a alternativas como los Hedge Funds e inversiones en renta variable.

A pesar de la gran cantidad de dinero disponible, al inicio de este año el panorama para la industria de PE no era nada fácil, pues se enfrentaban al reto de replicar los grandes retornos logrados en los últimos años a pesar de que la cantidad de capital en el mercado había incrementado los precios y múltiplos para la adquisición de compañías.

En búsqueda de mantener los buenos retornos en la industria y sedientos de oportunidades diferenciadoras, firmas como Blackstone han desarrollado iniciativas llamadas Tac Opps y Growth Equity en industrias con mayor requerimiento de expertise técnico, pero a su vez mayores perspectivas de crecimiento. A su vez, otros gestores de capital han optado por buscar nuevas oportunidades en mercados emergentes y con menor saturación de capital en comparación a US y EU.

Aunque inesperada y devastadora para la economía mundial, la crisis del Covid-19, dejando de lado el reto de gestionar el portafolio durante la coyuntura, podría al final tener como gran beneficiaria la industria de PE. En los próximos 5-7 años las firmas podrían beneficiarse de generar mayores retornos fruto de invertir en la actualidad su dinero a menores múltiplos y por ende, valuaciones más bajas.

Adicional a las menores valuaciones, las firmas de PE también podrían salir ganadoras en el entorno competitivo actual, debido a que tienen los recursos y el capital para pivotear los modelos de negocio, desplegar nuevas soluciones de base tecnológica, acelerar la transición al mundo digital y traer equipo directivo capaz de afrontar el contexto. Aunque es una apuesta a mediano plazo, aquellas compañías del portafolio podrían realizar este tipo de hazañas con mayor facilidad que sus competidores.

La historia ha demostrado que los fondos invertidos durante la crisis financiera del 2007-09 han retornado en promedio 18% anual, sin embargo, es difícil esperar retornos similares en los próximos años, ya que los expertos concuerdan en que las tasas de interés no alcanzarán los bajos niveles logrados en los años posteriores al 2007. Así pues, el panorama para LBO´s (Leveraged Buyouts) no sería tampoco igual de promisorio ni atractivo en comparación a lo que lo fue después de la última recesión.

También, se espera que la pandemia que vivimos cree una nueva normalidad en nuestras vidas y en ese sentido, oportunidades en turismo, propiedad raíz (residencial y comercial) e infraestructura se verán fuertemente afectadas, debido a la gran adopción del trabajo remoto y nuevos patrones del consumidor.

Antes de cantar victoria, la industria de PE se verá enfrentada en el corto plazo al reto de rescatar las compañías en riesgo de su portafolio, proveer liquidez y tener la capacidad de realizar due-dilligences de manera 100% remota y digital. En el mediano y largo plazo, los líderes y gestores deberán de concentrarse en pivotear los modelos de negocio de acuerdo al nuevo normal, acelerar la transformación digital de las compañías del portafolio, preparar su gobierno corporativo para tiempos inciertos y turbulentos y, por último, pero no menos relevante, priorizar oportunidades de base tecnológica e industrias con alto nivel de sofisticación, pero perspectivas de alto crecimiento (growth equity).

Vienen tiempos interesantes y retadores para la industria, donde en los próximos años miraremos atrás y podremos evaluar no solamente si fue la gran ganadora de la coyuntura actual, sino también, su capacidad de generar retornos mayores al mercado de manera sostenida. La gran mayoría de industrias vive tiempos complejos y retadores, y en este caso, la industria de PE no es la excepción.

A inicios del 2020, las firmas de Private Equity (PE) tenían más de USD 2.5T de capital disponible para ser invertido. Nunca antes en la historia, la industria de PE había tenido tanto dinero, representando ~400% de crecimiento con respecto al capital disponible 15 años atrás.

Aunque la cifra es sorprendente no es fortuita, pues a 2019 las firmas de PE durante los últimos 25 años habían premiado a sus inversionistas con 4% más de retorno anual promedio en comparación a los mercados públicos (13% PE Vs. 9% S&P 500). El buen desempeño de la industria atrajo mayores recursos de inversionistas institucionales, Family Offices y UHNWI (Ultra High Net Worth Individuals), ganándole cada vez más espacio en el portafolio a alternativas como los Hedge Funds e inversiones en renta variable.

A pesar de la gran cantidad de dinero disponible, al inicio de este año el panorama para la industria de PE no era nada fácil, pues se enfrentaban al reto de replicar los grandes retornos logrados en los últimos años a pesar de que la cantidad de capital en el mercado había incrementado los precios y múltiplos para la adquisición de compañías.

En búsqueda de mantener los buenos retornos en la industria y sedientos de oportunidades diferenciadoras, firmas como Blackstone han desarrollado iniciativas llamadas Tac Opps y Growth Equity en industrias con mayor requerimiento de expertise técnico, pero a su vez mayores perspectivas de crecimiento. A su vez, otros gestores de capital han optado por buscar nuevas oportunidades en mercados emergentes y con menor saturación de capital en comparación a US y EU.

Aunque inesperada y devastadora para la economía mundial, la crisis del Covid-19, dejando de lado el reto de gestionar el portafolio durante la coyuntura, podría al final tener como gran beneficiaria la industria de PE. En los próximos 5-7 años las firmas podrían beneficiarse de generar mayores retornos fruto de invertir en la actualidad su dinero a menores múltiplos y por ende, valuaciones más bajas.

Adicional a las menores valuaciones, las firmas de PE también podrían salir ganadoras en el entorno competitivo actual, debido a que tienen los recursos y el capital para pivotear los modelos de negocio, desplegar nuevas soluciones de base tecnológica, acelerar la transición al mundo digital y traer equipo directivo capaz de afrontar el contexto. Aunque es una apuesta a mediano plazo, aquellas compañías del portafolio podrían realizar este tipo de hazañas con mayor facilidad que sus competidores.

La historia ha demostrado que los fondos invertidos durante la crisis financiera del 2007-09 han retornado en promedio 18% anual, sin embargo, es difícil esperar retornos similares en los próximos años, ya que los expertos concuerdan en que las tasas de interés no alcanzarán los bajos niveles logrados en los años posteriores al 2007. Así pues, el panorama para LBO´s (Leveraged Buyouts) no sería tampoco igual de promisorio ni atractivo en comparación a lo que lo fue después de la última recesión.

También, se espera que la pandemia que vivimos cree una nueva normalidad en nuestras vidas y en ese sentido, oportunidades en turismo, propiedad raíz (residencial y comercial) e infraestructura se verán fuertemente afectadas, debido a la gran adopción del trabajo remoto y nuevos patrones del consumidor.

Antes de cantar victoria, la industria de PE se verá enfrentada en el corto plazo al reto de rescatar las compañías en riesgo de su portafolio, proveer liquidez y tener la capacidad de realizar due-dilligences de manera 100% remota y digital. En el mediano y largo plazo, los líderes y gestores deberán de concentrarse en pivotear los modelos de negocio de acuerdo al nuevo normal, acelerar la transformación digital de las compañías del portafolio, preparar su gobierno corporativo para tiempos inciertos y turbulentos y, por último, pero no menos relevante, priorizar oportunidades de base tecnológica e industrias con alto nivel de sofisticación, pero perspectivas de alto crecimiento (growth equity).

Vienen tiempos interesantes y retadores para la industria, donde en los próximos años miraremos atrás y podremos evaluar no solamente si fue la gran ganadora de la coyuntura actual, sino también, su capacidad de generar retornos mayores al mercado de manera sostenida. La gran mayoría de industrias vive tiempos complejos y retadores, y en este caso, la industria de PE no es la excepción.

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